La vida es un campo de batalla; para mi no, para mi es un campo de amor y animalitos donde lo que menos se necesita es la guerra. Pero las hay, que es lo peor, y hay que enfrentarla nos guste o no. Y aunque a veces me de la cristiandad y digo que nada malo puede salir del amor, me dan ganas de arreglarlo todo con todo. Pero con las ganas no se gana nada, se tienen que pasar a las acciones, pero luego recuerdo que igual intento y no funciona, porque siempre hay alguien mejor que yo y siento que no puedo hacer nada sola, y ahí es donde me doy cuenta que sí, estoy sola. Yo doy todo lo que me es posible según mi modo de ser. Pero nadie me toma en cuenta, y siempre hay alguien que me supera en todo sentido así las apariencias digan otra cosa. ¡Y me niego! Porque quiero saber que hay alguna persona que me va a querer como única e irrepetible aunque sea por un momento, pero que sea de verdad, puro. Y no es que no valore a las personas que están a mi alrededor, solo que me tiene realmente consternada el porque no tengo la capacidad de amar (o ser amada, por decirlo así) a las personas sin pensarlo dos veces. Me hace pensar que no tengo la capacidad de hacerlo. Todo se desmorona, y la verdad es que no se que hacer.
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No fue culpa, nunca lo fue. La mente es un arma letal que te hace tomar las decisiones mas difíciles en momentos dolorosos, pero también te da escoger entre recordarlo de una manera que te duela igual que la vez primera o, recordarlo como algo que debiste aprender y que perdonaste alguna vez.
"Quizás a la que debiste perdonar desde un principio siempre ha sido a ti misma, Oli. Si tan solo hubieras tenido un poco de tolerancia con tus pensamientos, quizás hubieras descubierto que realmente eras tu la que necesitaba curarte y perdonarte. No seas tan dura, te vas a enfermar. Toma agua, hace bien a tu cuerpo. Toma tus medicamentos, la psiquiatra sabe lo que te manda. Fluoxetina, colores blanco y morado, son colores amables, son colores de paz, ¿por que no dejas de esconder las pastas y te la tomas? quizás te sirvan de algo." Mi mente siempre me esta regalando dudas, quizás, quizás, quizás. No soy dura conmigo misma, es obvio que algo andaba mal y debía comenzar desde mis entrañas. Dios, libérame, ya no estoy creyendo.
(RECUERDO 1 DEL COLEGIO)
Amie, mi hermana mayor y yo salíamos del colegio, ella estaba dos grados mas que yo: ella en 10 y yo en 8. Ella tenía 15 y yo 13 años. Peleábamos como hermanas, normal, pero nos amábamos mas que nada, aun nos amamos, muchísimo mas. Cuando compartíamos el mismo cuarto jugábamos a ser emisoras: "Hola, emisora de Amie, ¿que cancion solicita?" "Hola, si, me podrías poner Flores Amarillas, de Floricienta""Claro que si, Flores Amarillas para nuestra oyente" Amie comenzaba a cantar la canción.
- Amie, hoy Lucía y las demás estaban muy extrañas conmigo, me ignoraban con cada cosa que decía y se hacían secretos, se reían. Pero me alejé un poco, quizás ellas estaban hablando de algo que pasaron el día anterior. No me han vuelto a invitar a sus casas, pero está bien.
- Sabes, ellas no merecen tener tu amistad. No entiendo como sigues con ese grupo, debes revisar mejor tus calificaciones, no puedes seguir perdiendo materias.
-Si, claro.
Al llegar a casa, habían dos niñas con el uniforme del colegio esperando en la puerta.
- Hola, ¿Quién es Olivia?
- Soy yo.
- Mire, aquí le mandaron.- una de ellas extendió su mano y me entrego una carta impresa. Dos hojas, con letra grande en tamaño carta.
- Gracias.
Subí corriendo las escaleras entusiasmada de leer, desearía no haber tenido esa emoción, desearía no haber recibido nada. Era una carta llena de odio, de enojo, no expresaba mas que rechazo. "Deje de ser tan fastidiosa" "A usted nadie la quiere, ni siquiera sus papás la quieren" "Usted es una basura" "Todo el mundo la odia" "Nadie la quiere, nadie la va a querer"... Atentamente: Lucía, Martha, Camila, Luisa y Mariana.
Si, copiaron sus nombres. Y sentí como el frio recorría cada esquina de mi cuerpo, me subía y bajaba una fiebre inexplicable. Tenía ganas de vomitar, de botar hasta lo que aun no había comido. Pero, si eran mis amigas, ¿Si lo eran? ¿Por qué quieren decirme esto? no entiendo, no entiendo nada. ¿Pero que pasó? yo no le hago daño a nadie, ¿Acaso dije algo que les disgustó? no, no, no Oli no llores, no llores. Pero si de pronto fue tu culpa, ¿Qué hiciste para que te odiaran? No llores, por favor, no llores.
- Qué esta pasando Olivia, que es eso.- Mi hermana entra al cuarto y con la cara pálida y enojada me quita las hojas de las manos. Lee la carta, y con cada palabra sus ojos se enrojecen de enojo, de impotencia, de tristeza, de rencor. -QUÉ ES ESTO, NADIE TE ODIA, TODOS TE AMAMOS OLIVIA, NO ES CIERTO LO QUE DICEN. MAMÁ, MAMÁ MIRA ESTO, MIRA ESTA MIERDA. ¡¡¡MAMÁ!!!
No tenía fuerzas para levantar la mirada, mi alma se encerró, mi corazón palpitaba fuerte y no palpitaba, mi estomago se revolcaba, mi cerebro colapsaba. Y mientras escucho todos los sonidos alejarse, distorsionarse, llega mamá a leer la carta, a sentarse a llorar, a abrazarme, a coger de las manos a mi hermana mientras a ella le caían las lagrimas lentas y tibias por las mejillas y yo lloraba y por dentro, ya no pensaba.
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